Entrevista a Juan Sebastián Lach: “La investigación basada en la práctica crea oportunidades para formas de hacer que no sean las establecidas”

23 de noviembre de 2022


En el marco del Primer Congreso de Práctica como Investigación a realizarse del 23 al 26 de noviembre de la Facultad de Artes de la Universidad Católica, Santiago, Chile, se invitó a académicos internacionales y nacionales, quienes desde su rol como investigadores basados en la práctica artística, darán ponencias y charlas sobre su trabajo, desde distintas disciplinas y sus cruces, con el fin de fortalecer una red en América Latina. 

Juan Sebastián Lach (México). Compositor, músico, tecladista con una carrera musical y académica prolífica, en los años ‘90 tocó en una banda de rock mexicano que tuvo bastante impacto, Santa Sabina desde 1991 a 2001. Posterior a eso, estudió Composición en Holanda en el Conversatorio Real de la Haya (2005). Es doctorado en Investigación Artística (Bélgica). Desde 2008 que regresó a México se mudó a la ciudad de Morelia y trabajó 10 años en el conversatorio de las Rosas, y desde 2018 está en una unidad de la Universidad Autónoma de México en una carrera nueva, Música y Tecnología Artística. El profesor Lach ha tenido una fecunda vinculación con nuestro programa Doctorado en Artes, y es uno de los invitados a la conformación de esta nueva red para la investigación basada en la práctica en América Latina.

 

Desde tus años como estudiante, hasta hoy como académico, ¿cómo crees tú que ha cambiado el paradigma de la creación en las artes, considerando los nuevos cruces y la interdisciplinariedad como áreas emergentes? 

 

Ha variado mucho. Durante mi doctorado tuve la suerte de llegar a un centro en Europa que teoriza la práctica en la investigación del arte, lo que he continuado desarrollando en mi práctica docente, tanto como asesor como maestro de composición, donde busco que los estudiantes incorporen distintas disciplinas del conocimiento tanto filosóficas como de las Humanidades, las Ciencias, la Astronomía, la Física y las Matemáticas. En el caso de la Música y la Composición estos cruces se vuelven fundamentales para la investigación, ya que siempre uno se debe nutrir de otras fuentes y espacios.

 

Hoy muchos espacios se han enfocado en proyectos más híbridos, centrados en los procesos. ¿Qué significa para ti este giro a los procesos artísticos? 

 

Lo que planteas es muy interesante y complejo, y lo estaré exponiendo en el Congreso. En el proceso hay muchos dispositivos o huellas que van quedando, que no necesariamente coinciden con las ideas iniciales y el producto final, los cuales se pueden manifestar como un producto artístico o cuadernos de notas -que es el nombre de mi conferencia-, o conversaciones, colaboraciones y trabajos colectivos. Para mí es importante subrayar el proceso de investigación, porque va sucediendo más allá de las personas y los espacios. 

 

Por ejemplo, desde el 2015, en la parte delantera de mi casa, hemos llevado a cabo un espacio de conciertos y música experimental e improvisada llamado el Comité de Asuntos Intangibles, donde se dan encuentros entre distintas personas que pasan por la ciudad de Morelia. En este espacio, se buscan modos y prácticas distintas a las que se encuentran en el concierto tradicional, a través de un espacio más íntimo y pequeño donde el ciudadano sea clave, y donde la manera de presentar se vuelve crucial. Estos encuentros buscan tejer redes con otros, lo que genera un momento especial que, aunque no sea parte de la investigación artística, es un momento para sacar productos, dispositivos, performances y distintas expresiones que son parte de una línea temporal mucho mayor y que tiene que ver con “lo situado”, la espacialidad, el lugar y el territorio. 

 

Existe una crítica general en torno a la sensibilidad que tiene el investigador frente al creador artístico, donde la teoría es limitante en su lenguaje, ¿crees que existe un quiebre entre la academia y los artistas? 

 

La academia, en un cierto sentido, extrae lo que está sucediendo en las Artes y en el mundo y lo institucionaliza, lo que puede ser positivo y negativo. Positivo, ya que lo cuadra, pero negativo porque lo hace más árido, y esto lo digo desde mi punto de vista como académico. Creo que la investigación en las artes otorga oportunidades para formas de hacer que no sean establecidas. En la carrera que armamos de Música y Tecnología Artística, que es una carrera de grado, tenemos un ramo de Herramientas de Investigación, donde buscamos proveer herramientas a artistas que deseen hacer un postgrado y donde puedan articular sus creaciones y entrelazarlas con otras disciplinas. Es un tema complejo, porque hay que dejar que lo que suceda artísticamente continúe, pero desde la academia podemos proveer herramientas para abrir la conversación y que sean de utilidad para artistas; es un balance complejo pero estamos haciendo el intento. 

Foto: Jesús Cornejo

Con respecto al Congreso, ¿en qué consiste tu participación y qué vas a exponer?

 

La presentación se llama “Cuadernos de Notas: La práctica como investigación en la Composición y en la Docencia”. Quiero hablar sobre cómo mis investigaciones y piezas han generado colaboraciones, y desde ellas enfocarme en un tema que me interesó mucho en 2020: la idea del conocimiento situado, de Donna Haraway. Pero llevado hacia las prácticas artísticas y cómo eso implica reconocer y analizar infraestructuras que hacen posible la creación musical, y también que pretende dejar de invisibilizar a las personas que son parte de ella más allá del autor. La creatividad situada es una metodología y una forma para hacer que una respuesta tenga un impacto en la educación y la docencia. La educación se puede beneficiar de estos conceptos de colectivización y despolitización. 

 

En México estamos empujando a que se reconozca más la investigación como un producto artístico. Entonces creo que es importantísimo este Congreso para tejer redes continentales que permitan no homologar, pero sí crear lazos comunicantes entre las distintas aproximaciones, por región o por nación. Así, se genera una infraestructura de lo que estamos haciendo, y desde allí se impulsen nuevas visiones para el futuro. 

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