16 de febrero de 2022
photo_camera Mural "Máscara MCEH", fachada del Museo y Centro de Estudios Humanísticos Dra. Josefina Camacho de la Nuez, Universidad Ana G. Méndez, Gurabo, Puerto Rico. Realizado en enero y febrero de 2022.
Unas de las pocas cosas que Gerardo Pulido (Santiago, 1975) se llevó desde Chile a la residencia en Puerto Rico fueron unas obras que, según dice: "Tomé casi por azar, considerando principalmente que cupieran en la maleta, y resultaron ser cuatro grabados sobre papel"; sin saber con certeza qué materiales y objetos se encontraría allá en la isla para hacerles compañía. "Máscara: Preco-Pepsi 2", serigrafía en que mezcla arte diaguita con el logo de la famosa bebida cola, fue una de las piezas con las que viajó.
Ya en territorio caribeño, al revisar la colección del MCEH de la Universidad Ana G. Méndez (UAGM), se encontró con otras máscaras -hechas con papel maché, cartón piedra y hasta con un coco- que le llamaron la atención por sus diversas formas y colores, y le encantó esa coincidencia. Se trata de objetos artesanales de larga tradición que se confeccionan y se utilizan hasta la actualidad en algunas masivas celebraciones de origen religioso en Ponce, Loíza y otras localidades puertorriqueñas.
"Máscara: preco-Pepsi", Gerardo Pulido, 2020, serigrafía sobre papel, 7/17, 68.5 x 48 cms.
"Él entró al depósito y se fascinó con una colección de máscaras. Considero que es un gesto muy importante, porque este lugar se origina como un museo de arte popular y el germen de la colección son ese tipo de objetos", dice Irene Esteves Amador, directora del MCEH.
Durante su estadía en el Programa de Artistas Visitantes en el campus de Gurabo, Pulido eligió algunas máscaras para trabajar, urdiendo una suerte de readymade con ellas. Todo con el apoyo del museo universitario, que dirige Irene Esteves Amador y que cumplió 40 años de funcionamiento en diciembre de 2021, ya que se han propuesto dar a conocer más piezas de su colección que están guardadas en los depósitos y estas vinculaciones con artistas contemporáneos son parte del proyecto.
"Ha sido una experiencia maravillosa por la calidad de artista, de académico y de persona que es Gerardo Pulido", dice Esteves Amador de la experiencia de tenerlo en la isla durante unos meses. Sobre el trabajo en el lugar, detalla: "Fue bien inmediato el flechazo. Él entró al depósito y se fascinó con una colección de máscaras. Considero que es un gesto muy importante, porque este lugar se origina como un museo de arte popular y el germen de la colección son ese tipo de objetos".
Las cinco máscaras que Pulido seleccionó, más la suya serigrafiada que llevó desde Santiago, se exhiben en la muestra "Embuste" desde el 16 de febrero en el segundo piso del museo. En la sala Jesús Martínez Batlle todas estas piezas dialogan en torno a dicha palabra que, en la tierra de las palmeras, la salsa y el reguetón, se usa tanto para indicar un engaño como también para referirse a una broma. En dicho espacio están las obras del académico de la Escuela de Arte UC: “Boogie-Woody #2, 3 y 4”, grabados digitales creados en Santiago, y las obras desarrolladas en el marco de la residencia: las pinturas “Interiorismo #3, 4 y 5”, “Better Homes #1” y las intervenciones pictóricas murales “Intramuros”. Finalmente, una de las propuestas más ambiciosas en la producción del artista es “Máscara MCEH”. Mural de rosados furiosos de más de 10 metros de altura, que se ubica de manera permanente en la fachada de este edificio universitario.
Exposición "Embuste". Al fondo, "Interiorismo #5, 3 y 4" (2022), de Gerardo Pulido, pintura acrílica y lámina dorada sobre lienzo, 122 x 91 cms c/u.
"Ha sido un proyecto desafiante, ya que nunca había hecho un mural a la intemperie que quede de manera indefinida en un edificio. Menos en un entorno tropical, a merced de lluvias constantes y bastante calor. Estoy muy agradecido del compromiso explícito del museo de vincular su colección con el arte contemporáneo, apostando por mí, por un artista extranjero", comenta el profesor del curso Pensamiento Visual en la UC.
"Este soporte enorme me hizo transpirar bastante, no solo por trabajar a pleno sol, sino que, además, me hizo estar muy alerta, pendiente incluso de las nubes negras que podían, literalmente, aguar lo recién pintado. Eso me parece súper interesante, que un trabajo artístico te exija a cabalidad y tan físicamente", reflexiona Gerardo Pulido.
Sobre el trabajo que realizó junto a dos ex-alumnas y una estudiante de la UAGM –además de contar con otras personas– arriba de una grúa que llamaban "la jirafa", explica que: "Fue un proceso muy físico. En la pintura de caballete el movimiento se tiende a reducir al codo, a la mano y a los dedos, en cambio en la pintura mural todo el cuerpo trabaja y a veces hay que decidir muy rápido ante los imprevistos que pueden tener secuelas tan monumentales como las dimensiones del proyecto. Entonces este soporte enorme me hizo transpirar bastante, no solo por trabajar a pleno sol, sino que, además, me hizo estar muy alerta, pendiente incluso de las nubes negras que podían, literalmente, aguar lo recién pintado. Eso me parece súper interesante, que un trabajo artístico te exija a cabalidad y tan físicamente".
Equipo de trabajo (de izquierda a derecha) de Máscara MCEH: Gerardo Pulido, Ana Pahola López Santana, Nancy González López, Denise Rivera González, Fabiola M. Delgado Arroyo, Ismael Ramírez y Xavier Monet Ramírez.
—¿Cómo ha sido explorar los vínculos entre arte diaguita, la artesanía de Puerto Rico y tus pinturas estilo pop art?
El eclecticismo me parece inevitable tratándose de lo que hago. A su vez, si puedo ser grandilocuente, me parece ineludible de acuerdo a nuestro hiper estimulado e hiper conectado mundo globalizado y, también, respecto de la peculiar historia de Latinoamérica. El revoltijo de cosas de diferente procedencia es algo que he estado repetidamente trabajando, sumando a veces más ingredientes a la mezcla, quizás más de lo aconsejable o de lo prudente. Pero no se trata solo de sumar, se trata de activar asociaciones latentes, de proponer nuevos vínculos, quizás abandonando un poco al collage, en mi caso, como modelo o método, acercándome en cambio al tejido. A entretejer cosas. Por ejemplo, descubrí en Google una espiral pintada en una cerámica saladoide (cultura de las antillas, previa a la taína) que se asemeja a una ola. Espiral que también encuentras, pero en versión rectilínea, en textiles andinos y en varios otros lugares fuera de nuestro continente. Esa “figura universal”, que Robert Smithson hizo tan célebre con su “Spiral Jetty”, la incorporé en el mural en forma ortogonal y acá en el campus de Gurabo le dicen “caracol”. Me encantó esa palabra de referencia animal, como retornando una figura abstraída (espiral) a sus raíces en la naturaleza. De lejos y a causa, sobre todo, de ese caracol, el mural parece un templo de alguna cultura ancestral que se asoma entre la vegetación, pero “gritando” con unos colores totalmente artificiales, eléctricos.
"Autodenominado maquillador, imitador, embalsamador y por qué no, ahora también 'mascarero', Gerardo Pulido asume con feliz seriedad ser parte de ello. Y acaso sea su más astuto truco visual y engaño principal el proponer su pasatiempo o, mejor dicho, su pasa(mucho)tiempo favorito, como el más serio de los oficios. Embuste es máscara y antifaz; estamos ante un cuerpo de trabajo que lleva, en palabras de su autor, el arte por disfraz", se lee en el texto de Irene Esteves Amador en la pared del MCEH, donde se presenta esta muestra hasta julio.
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